El Cristo (imprescindible), el romano, el feo, el malo, el tío de la caña, el de la escalera, el banderín de la banda, la banda, los costaleros, el paso, el tallista, el dorador, el que vende la cerveza, el agua o la Coca Cola, el de los bocadillos, la avellanas o el algodón, el camarero que manda a callar desde la barra cuando aparecen los ciriales, la señora que se pone delante, el niño que juega con la maquinita mientras pasan los nazarenos, el que te levanta el móvil para hacer el vídeo o la foto, el que se sube al contenedor par verlo mejor... todos, TODOS, son necesarios, porque sin su conjunción no tendríamos nuestra Semana Santa.
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