miércoles, 2 de noviembre de 2016

El Señor es de ellos.

Indudablemente en estos días nos explota el alma sevillana ante la salida del Dios de la Ciudad. Todos somos del Señor. Se nos llena el alma y la boca al nombrarlo. Yo soy uno de ellos... lo reconozco.
Pero hoy, reflexionando y "leyendo" las fotografías de esta entrada, me he dado cuenta que nadie es más del Señor que ellos.

Los que cualquier día en eterna peregrinación van a charlar un rato con Él.
Los que tienen su sitio en la Basílica.
Los que gastan su talón al pasar por el que yo le llamo "Muro de las lamentaciones de Sevilla".
Son los que cualquier día, derrotados, a la hora que sea, van a "discutir" con Él, porque no entienden que la vida a veces no es como la queremos, sino como nos la mandan.
Los mismos que al viernes siguiente van a darle las gracias. 
Los mismos que sentirán el vacío de un camarín ocupado por un telón rojo.
Los que contarán las horas para su vuelta.
Los que, y seamos sinceros, hubieran deseado que se quedara en casa...porque como en casa no te tratan en ningún sitio.

Pero el Señor tiene un compromiso, y eso ellos lo entienden.

Pero algo queda claro, mañana todos seremos del Señor,... pero los afortunados son ellos, los de todos los días, los de todos lo viernes, los que no les hace falta exaltar en público su devoción constantemente.
Y son afortunados, porque al contrario que nosotros, el Señor es de ellos.





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